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Juan Toledo: "Ser voluntario es un compromiso, no vale con venir un par de veces"

Cieza.es | 3 de junio de 2020 a las 14:04

Juan Toledo siente la satisfacción del objetivo cumplido cuando consigue transmitir los conocimientos que ha adquirido sobre informática a jubilados y personas con discapacidad física. Volcado en un meritorio voluntariado social impulsado por el Centro Municipal de Mayores 'Las Morericas', tiene claro que los voluntarios serán aún más imprescindibles si cumplen su tarea convirtiéndola en una garantía de compromiso con los demás.

Cuando tomó la decisión de hacerse voluntario, en 2003, Juan nunca imaginó que a los pocos años cambiaría tanto su vida. Va a cumplir 65 años, apenas nada para este mecánico jubilado por enfermedad que vivió cuarenta años en Alicante, y confiesa estar "sumamente ilusionado" por su labor de voluntariado social en la Asociación de Discapacitados Físicos Tocaos del Ala-Ángel Soler. Y es que se mueve por las instalaciones de la calle Juan XXIII como si fuera un usuario más. "Aquí ya me siento como en mi casa. Llevo viniendo los miércoles y viernes desde hace cinco años".

"Decido hacerme voluntario cuando me doy cuenta de que vivía enclaustrado en mi propia casa tras recuperarme de una larga enfermedad". Precisamente por eso, sigue una regla férrea que le permite pensar en positivo: hay que creer en las personas que son capaces de cambiar su propia vida. "Parece una tontería, pero a mí me salvó la vida. Hacerme voluntario fue mi mejor medicina. Todo empezó por asistir a un curso de informática en el antiguo centro de 'Las Morericas'. Después, Silvia Rodríguez me pidió que hiciera otro de monitor para enseñar a personas jubiladas. Me agradó tanto que seguí aprendiendo por mi cuenta".

Cuando asiste al aula de informática de los Tocaos del Ala se da cuenta de que la autoestima de los usuarios mejora bastante cuando son capaces de entender algunas nociones básicas de informática. Lo mismo ocurre cuando visita el aula de 'Las Morericas'. Eso sí, defiende que en esta actividad los voluntarios mayores no pueden sustituir a los monitores, pero en tiempos de estrecheces económicas son una ayuda nada despreciable. Con tiempo y ganas para ayudar a los demás, se muestra convencido de que los ciudadanos tienen la obligación de colaborar con aquellos que más lo necesitan.

Toledo lleva siempre encima una "cosa maravillosa" que puede cambiar la vida de las personas con discapacidades motrices severas. La "cosa maravillosa" que lleva en el bolsillo es una memoria USB que contiene una herramienta de software denominada ratón facial. Los usuarios que no pueden mover las manos para el manejo del ratón convencional emplean la nariz y giran la cara para manejar el puntero del mismo. "En el aula tenemos una usuaria que lo está utilizando y puedo asegurar que le ha cambiado la vida. Está indicado para personas sin movilidad en las manos y permite manejar hasta un teclado virtual para escribir".

La interacción entre la persona y el ordenador se hace gracias al uso de una cámara tipo 'webcam' estándar y un software mediante técnicas de visión por ordenador que reconoce el movimiento y los gestos de la cara. "Solo necesita que alguien encienda el ordenador, todo lo demás se puede hacer sin ayuda, desde navegar por Internet hasta elaborar un documento en Word. Para ello hay un programa de adiestramiento muy sencillo. La pena es que pueda haber en Cieza alguna persona que lo necesite y no pueda utilizarlo por no saberlo. Quiero aprovechar para ofrecerlo a quien le interese".

Con la ayuda de la Asociación de Voluntarios de Informática de la Obra Social de 'la Caixa', la Concejalía de Personas Mayores promueve la acción solidaria de la gente mayor para que enseñe informática a todos aquellos que tienen ganas de aprender, contribuyendo a la vez a su integración social. "Así es, se contribuye a la mejora de la calidad de vida de la gente mayor ayudándolos a mantener un envejecimiento activo y la formación continuada de colectivos con necesidades especiales. En esta labor altruista cuento con la ayuda de los voluntarios Pascual Hurtado, Matías Vázquez, José Ortiz y Antonio Salinas".

Los voluntarios mayores hablan sobre todo a través de sus hechos, y los de Cieza están a la vista de todos. También de sus palabras y esta entrevista con Juan Toledo dice mucho de su actitud ante la vida. Y es que el voluntariado de la gente mayor es un reconocimiento de su papel social que ayuda a proyectar su potencial. "Ser voluntario lo tienes que llevar dentro porque es un compromiso personal. No vale con venir un par de veces. La recompensa es lo que recibes de ellos". Todo su carácter vital resumido en una sentencia con resonancia. Su dedicación al voluntariado va más allá de una colaboración altruista, se trata de un compromiso personal.