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Mariano Caballero: "La vida tiene más sentido cuando entregas parte de ella a los demás"

Cieza.es | 3 de junio de 2020 a las 14:04

Con bonhomía, sencillez y humildad, cualidades que no se estilan en este aire de los días irrespirables, Mariano Caballero conquista a las personas. Porque este sacerdote jubilado y presidente la Asociación Piedras Vivas constituye por sí mismo el papel de la Iglesia de base, que se ocupa de lo que no se quiere ocupar nadie.

"El cemento de las piedras vivas es la caridad". Esta frase de San Agustín que preside el comedor social de la Asociación Piedras Vivas, ubicado en la calle Mesones, es un buen mensaje para entender las intenciones de los miembros de esta asociación ciezana. Ante la situación económica que no parece tocar fondo y la persistente necesidad de ayudar a los demás, solidaridad.

Caballero llevaba mucho tiempo dándole vueltas al sentido de la caridad y al discurrir de la acción humana. Este proyecto social puesto en marcha hace exactamente un mes corona una serie de iniciativas anteriores, destinadas a pensar cómo ayudar a los más necesitados, hasta qué punto era viable montar un comedor social y hasta dónde eran capaces de hacerse cargo de todo ello.

"Por fin podemos poner a disposición de los que más lo necesitan un comedor social. No se trata de un lugar amplio, sino de una especie de pequeña sala de estar para atender a un máximo de treinta personas en dos turnos diarios", explica. El local, que ha sido cedido de forma desinteresada por las monjas clarisas, dispone de comedor, cocina, despensa y aseos.

Este sacerdote jubilado sigue a rajatabla tres premisas para no hundirse ante las adversidades: tener un sentido positivo de la vida, haber alcanzado una voluntad robusta y tener objetivos bien medidos y medibles. "Cuando valoramos la posibilidad de sacar adelante esta iniciativa fuimos conscientes de la responsabilidad que conllevaba. Era cuestión de saber hasta dónde llegar".

La caridad es un valor que subraya como antídoto contra la pobreza, y añade que por pequeños que parezcan, los gestos de caridad no solo ayudan a quienes lo necesitan, sino que también sirven para revisar el propio estilo de vida y adoptar formas de ser y de actuar más responsables con los vecinos y la comunidad. "En el año de la Misericordia, ahora más que nunca hay que dar de comer al necesitado".

Una reflexión: "La vida tiene más sentido cuando entregas parte de ella a los demás. Es una forma de realizarte haciendo la vida más fácil a los que más lo necesitan". Lo tiene claro porque la vida se lo ha demostrado. Por ello no duda en enviar un mensaje de caridad ante los problemas. Entre esas dificultades, la situación de las personas más vulnerables ante la crisis económica.

Contar la historia de este comedor social no consiste en mostrar solo el lado de sus artífices, sino también la vida cotidiana de las personas que lo utilizan. Hablamos de vecinos empadronados en la localidad que sufren carencias alimentarias. Mejor o peor, todos han encontrado la mano tendida en esta acción social, aliviando difíciles situaciones familiares o personales.

Algunos son transeúntes que están de paso por la ciudad; otros son parados sin subsidio que viven con angustia, o con incertidumbre, por no saber qué les deparará un futuro sin ingresos. Algunas son madres separadas y sin trabajo con hijos a su cargo. Los usuarios habituales son los que están sufriendo de forma más acusada el impacto de la crisis económica.

Caballero pide a vecinos y asociaciones en general que, a pesar de la difícil coyuntura económica actual, continúen apoyando a los más desfavorecidos. Y es que, a su juicio, "la sociedad necesita personas sencillas y concretas que sepan ponerse como Jesús al lado de los hermanos para compartir sus fatigas y ser señales de esperanza. Son tiempos para ayudar y ser generosos".

También reivindica ese espíritu de compromiso social en el ejemplo particular de las voluntarias que, por ejemplo, colaboran en la cocina, y anima a la sociedad a involucrarse con este colectivo llamado Asociación Piedras Vivas. Se trata de una asociación laica formada por 35 miembros cuyos socios fundadores comparten un espíritu eclesial y cristiano.

Tanto los voluntarios como él se muestran optimistas y esperanzados. "Estamos empezando, pero tengo confianza en que el comedor social saldrá adelante. A lo largo de este primer mes de vida hemos servido un total de 443 comidas. Al principio rondaba una media de catorce personas y ahora hemos duplicado esa cifra. En la actualidad atendemos a 31 personas de distinta nacionalidad y confesión religiosa".

El responsable de Piedras Vivas no deja de promocionar durante la entrevista su principal esfuerzo solidario, el comedor social, que, pese a estos tiempos difíciles, espera sacar adelante con la ayuda de todos, dada la "enorme generosidad de los ciezanos. Yo me paso el año pidiendo para alguna cosa y siempre te dan. Es impresionante". Nada más admirable ni más necesario hoy en día.

Ello a pesar de que esta asociación local, después de tres años de funcionamiento, no ha recibido ayudas de Administraciones públicas ni de organizaciones no gubernamentales. "Empezamos a ver algo de claridad porque el Banco de Alimentos de Murcia se ha comprometido a echarnos una mano. De momento, la ayuda proviene de la cuota de los socios, las donaciones anónimas y las colectas de alimentos".

Aunque parezca que la crisis todo lo ocupa, Cieza cuenta con el aire fresco de este grupo de hombres y mujeres cuyo objetivo es ayudar a los demás, promoviendo para ello acciones altruistas que tengan una auténtica utilidad social. Hay que acercarse mucho a la pobreza para poder, al menos, vislumbrarla. No hay deber que descuidemos tanto como el deber de ayudar a los demás.