Cieza es un municipio de la Región de Murcia (España). Su término municipal tiene una superficie de 365 km2. Su Ayuntamiento, en pleno casco antiguo, se encuentra en una altitud sobre el nivel del mar de 187 m. y tiene unas coordenadas UTM de x=637.688, y=4.233.456. Es capital de la comarca de la Vega Alta del Segura y cabeza de partido judicial. Con sus más de 35.000 habitantes y la conexión directa con Madrid por autovía y ferrocarril, representa la puerta natural de entrada a la Región de Murcia por el Norte.

Rodeada de montañas de mediana altura, como la Sierra de la Cabeza del Asno, la Sierra Larga, la Sierra de Ascoy, el Almorchón, la Sierra del Oro, o, a tan sólo unos pocos cientos de metros del casco urbano, la emblemática Sierra de la Atalaya, Cieza se encuentra en un fértil valle surcado por el río Segura y regado por numerosos canales y acequias. De importante tradición agrícola, Cieza es reconocida internacionalmente por la excelente calidad de sus frutas, destacando entre ellas los melocotones en sus diferentes variedades, que con más de 130 millones de kilos anuales es el municipio europeo con mayor producción de esta riquísima fruta.

Cieza celebra su Feria y Fiestas patronales, en honor a San Bartolomé, durante la última semana del mes de agosto, justo cuando va tocando a su fin la recolección de la fruta en los campos, cuya actividad es un importante motor de la economía ciezana. No en vano, el lema que usa el Ayuntamiento de la localidad para la promoción de sus productos agrícolas es "Naturalcieza". Igualmente, se viene realizando todos los años la llamada ¿Fiesta del Melocotón¿, donde se exaltan nuestros productos agroalimentarios y se potencia toda una serie de actividades relacionadas con la agricultura.

El privilegiado emplazamiento geográfico de Cieza y la benignidad climática de su territorio han atraído a diversos pueblos y civilizaciones desde tiempos prehistóricos, facilitando la creación de importantes asentamientos, como atestiguan los diversos yacimientos arqueológicos, entre los que destacan el poblado ibero-romano de Bolvax o la necrópolis del Cerro de las Beatas, perteneciente a la cultura algárica. Pero sin duda, el conjunto arqueológico más importante de la zona lo constituyen las ruinas de la medina árabe de Siyâsa, que tuvo su máximo esplendor entre los siglos XI y XII, para ir declinando a medida que florecía la Cieza cristiana del valle, cuyo emplazamiento es similar al actual. Por otra parte, a los citados yacimientos arqueológicos hay que sumar también las muestras de arte rupestre, como las halladas en el Barranco de los Grajos o las que se pueden contemplar en la Cueva de la Serreta, enclavada en uno de los escenarios naturales más impresionantes: el Cañón de Almadenes.

Históricamente, desde que el Rey Alfonso X el Sabio entregara la villa en 1281 a la Orden de Santiago, los habitantes van bajando del monte (el Cerro del Castillo) e instalándose en el valle. Durante los siglos XIII al XV, Cieza era una zona fronteriza con el Reino moro de Granada, por lo que las correrías e incursiones de los árabes eran frecuentes. Así la vida apacible del llano se vio trastocada en 1477, cuando tropas granadinas atacaron por sorpresa, arrasando la población, matando y haciendo cautivos a sus habitantes. Este hecho fue una gran tragedia para Cieza, que para perpetuar su recuerdo a través de los siglos ha adoptado como lema de su escudo "POR PASAR LA PUENTE NOS DIERON LA MUERTE". Por lo que en la actualidad se celebran en Cieza todos los años, por el mes de abril, las Fiestas del Escudo, en conmemoración de aquella efeméride.

Con posterioridad, Cieza se fue consolidando como un importante núcleo, gracias a su agricultura de regadío, que iría ampliando con norias que elevaban el agua de las acequias; pero también cultivos de secano (viñedos, almendros y cereales, como el trigo, cebada, avena y centeno). Tuvo gran importancia el olivar, tanto para aceituna de mesa, como para obtener aceite; así como la producción de maíz, cáñamo y lino. Hasta el siglo XIX también tuvo cierta relevancia la producción de seda.

No menos importante ha sido en otro tiempo para Cieza su actividad en el ramo de la espartería. Desde finales del siglo XIX y hasta mitad del XX, la industria de transformación del esparto evoluciona en Cieza de tal manera que adquiere importancia mundial. Durante aquellos años, la vida de los ciezanos y su economía giraban en torno al esparto, hasta que llega su declive con la importación de otras fibras. Finalmente, almazaras y molinos harineros completaban la industria ciezana de entonces.

En la actualidad, además de otros potenciales económicos, con una actividad industrial diversificada, cuyos polígonos industriales gozan de excelentes comunicaciones por autovía y ferrocarril, Cieza se manifiesta como destino turístico ideal por sus enclaves naturales y por su riqueza paisajística, destacando su Semana Santa, calificada de interés regional, o la imagen de ensueño que ofrece la floración de los millones de árboles frutales, en el inicio de la primavera.

En cuanto a lugares de cita obligada para el visitante de Cieza, hay que señalar el Museo de Siyâsa, situado en lo que fue el Casino del pueblo; el Museo de San Bartolomé, instalado en la Ermita del Santo Patrón, junto al privilegiado por sus vistas Balcón del Muro; el pequeño Museo del Esparto, ubicado en la Calle Pablo Iglesias, 53; la Casa Efe Serrano colección Salvador Dalí, en la Calle San Sebastián, 20; y, como ¿galería¿ permanente aire libre, el Paseo, donde existen en torno a 600 m2 de pinturas, entre el suelo y pilastras, obra del pintor ciezano Pepe Lucas.

Fuera del casco urbano, merece la pena visitar el Molino de Teodoro y caminar por el Paseo Ribereño hasta el Puente de Alambre, contemplando rincones privilegiados de la huerta junto al río Segura.

En el aspecto cultural, artístico y deportivo, Cieza es una ciudad con renombrados pintores, como los fallecidos Jesús Carrillo, Manuel Avellaneda y Cayetano Toledo Puche; excelentes músicos, como los desaparecidos Antonio León Piñera, José Gómez Villa o Luis Gómez Templado; buenos escritores, como Fernando Martín Iniesta, Aurelio Guirao o María Pilar López; y destacados deportistas, como el malogrado ciclista Mariano Rojas, siendo importante citar el hecho de que en los últimos Juegos Olímpicos de Pekín hayan participado tres ciezanos.

El municipio de Cieza se halla hermanado con su homónimo en la Comunidad Autónoma de Cantabria.